El tejido de sombreros de paja en Eten es la actividad distintiva del distrito. El conocimiento del tejido en paja existe en la zona desde épocas prehispánicas. Sin embargo, a partir de la introducción de la paja palma macora, proveniente del Ecuador, el tejido de sombreros y otros artículos en paja adquieren la fama y prestigio que mantuvieron por muchos años. A esta actividad se dedicaban todos los miembros de la familia. Doña Josefa Neciosup de Monsup (18.03.1934) nos cuenta:

“ …. antes venían de Monsefú, Reque, Chiclayo, Cajamarca, Piura, Huancayo solamente a comprar nuestros sombreros y más eran de Cajamarca porque nos traían quesos y se llevaban sombreros”.

El tejido en paja es un habilidad que tanto hombres como mujeres adquirían desde pequeños, tal como lo cuentan los adultos mayores del distrito. Muchos de ellos hoy tienen dificultades de visión, perdida de fuerza en las manos, por lo que su producción ha disminuido considerablemente. El tejido de sombrero de paja tiene sin duda alguna, un significado vital para los adultos mayores. Les proporciona un ingreso extra, pero además les permite sentirse activos, creativos y dueños de su tiempo.

“….yo vivo sola, y a veces vienen a verme mis entenados para pasear, pero y el resto de días, ¿que hago?. Pues tengo mi tejido, yo ya me enseñe con mi tejido, estoy entretenida, es como una musiquita el tejido y cuando lo termino ya tengo para mí comida y mis medicinas”

María Paulina Reque Ángeles (10.01.1943)

 

 “….desde que murió mi esposo, solita soy en esta casa y que pues para hacerme, a veces me duele mucho la cabeza, pero cuando agarro mi sombrero, ya se me pasa, y mientras más tejo más contenta y mejor me pongo, tomo mi pastilla para la presión y así poder tejer más, y ya después venderlo en el Ivan Liza y ya tengo para mis cositas sin pedirle a nadie”. 

María Catalina Velásquez de Neciosup (09.03.1937)

Tipos de sombreros

De acuerdo a la textura del tejido, tenemos dos tipos de sombreros:

  • Sombrero de tejido fino. Destinados para la venta o para ser usados durante las festividades. Su precio es alto, pues lograr el tejido muy fino requiere de mucho esfuerzo y destreza.
  • Sombrero de tejido grueso. Para el uso diario y de apariencia menos pulcra. Su precio en el mercado es menor que el sombrero de tejido fino.

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De acuerdo a la forma del sombrero, tenemos:

  • Boleritos: Sombreros tejido sin emplear la horma.
  • Chalaco: Sombreros tejidos empleando la horma.

 

Materiales
  • Paja palma macora. Para confeccionar un sombrero, es necesario tener casi medio kilo de paja palma macora. El costo aproximado de un kilo de paja palma macora es de aproximadamente cuarenta soles.
  • Horma. Es de un tronco de madera circular que se confecciona para hacer la
  • forma de la cabeza.
  • Agua. La paja tiene que ser humedecida cada vez que se teje.

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Proceso
  • Obtención de la paja palma macora. La paja palma macora es la materia prima del sombrero, la cual es transportada hasta Ciudad Eten por comerciantes que la traen del Ecuador.
  • Lavado de la paja. Una vez adquirida la paja, se lava con detergente, se enjuaga con abundante agua, se le pone limón durante seis horas para que endure, se le enjuaga y se deja secando al sereno de la noche para que tome mejor color.
  • Selección y emparejamiento de hebras. Una vez que se tiene la paja seca, se procede emparejar las hebras. Es decir, las hebras son seleccionadas y clasificadas de acuerdo a los tamaños y dimensiones existentes.
  • Confeccionado de la corona. Se inicia el tejido del sombrero tomando las dos hebras más grandes y se separan en dos, luego se cortan las hebras del mismo tamaño y se separan en grupos de 14 pares, los cuales se separan en grupos de 4 formando un nudo en el centro. Luego se empieza a tejer dando unas 6 vueltas por cada línea de tejido, para luego tejer de 5 limas y 9 limas y luego “yapar” (agregar pajas sobre la base). Al finalizar este proceso se coloca la corona en la horma para comenzar a tejer la copa.
  • Tejido de la copa. Se teje la copa sobre la horma, continuando el tejido sin agregar hebras. Se confeccionan aproximadamente 40 a 60 pares de líneas de tejido, antes de comenzar hacer la falda.
  • Tejido de la falda. El proceso del tejido de la falda es muy parecido al de la corona. La diferencia esta en que a la falda se agregan hebras de paja, debido a que el área de la falda es más grande que el de la corona.
  • Realización del remate. Al término de la falda van quedando hebras sobrantes, las cuales se cogen de 7 a 10 hebras y se teje en forma diferente al tejido inicial.
  • Acabado. Como paso final para la fabricación del sombrero se hace el acabado donde se engoma y se chanca.
Los recuerdos

Manuela Farroñay Larios (28.04.1943) aprendió a tejer sombreros a los siete años. Su mamá le daba paja pinta (de colores) y paja de junco para que aprenda. Luego, al ver que había aprendido, su abuelita le regalo tres hormas. Ella se encargaba de tejer las coronas y las copas, y su mamá culminaba el trabajo tejiendo las faldas de los sombreros.

Josefa Neciosup aprendió a tejer con sus abuelos. Su mamá la enviaba a casa de sus abuelos pues en sus épocas los padres no permitían a las niñas asistir a la escuela. Hoy en día se lamenta el no saber leer ni escribir. Sin embargo, sus abuelos le enseñaron  a rematar bien, por eso desde muy joven terminaba sus sombreros ella sola, sin la ayuda de nadie. Este aprendizaje le sirve mucho hasta el día de hoy, pues elabora sombreros esporádicamente y los vende obteniendo ingresos que la ayudan a subsistir. María Catalina Velásquez tuvo la misma experiencia, aprendió a los 8 años a tejer y nunca fue a la escuela. El tejido de sombreros ha sido hasta el día de hoy uno de sus principales sustentos.

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Georgina Huamanchumo de Chaname (10.10.1945) cuenta que también aprendió a tejer sombreros a los10 años. Su madre le enseño la técnica de manera muy estricta, pellizcándola cada vez que se equivocaba. Ella siempre le decía: “aprende a tejer sombreros para que tengas cómo ganarte la vida, porque mañana más tarde los hombres son sinvergüenzas y por lo menos tejiendo sombreros tienes con que comer”. Cuenta que los sombreros se vendían en la estación del tren a la gente que venía de la sierra. Ahora teje sombreritos pequeños para adornos, recuerditos o llaveros, ya que los sombreros se tardan en vender.

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